Prosegur renueva su compromiso con el medio ambiente con un nuevo proyecto eólico en Brasil

Las llamadas de Naciones Unidas son inequívocas, además de constantes: hay que acelerar el ritmo de la descarbonización para limitar el calentamiento a los niveles fijados por el consenso científico. Resulta imprescindible que todos los actores asuman su nivel de responsabilidad, desde los gobiernos a la sociedad civil o el sector privado.

Prosegur ya asumía el compromiso medioambiental antes incluso de que empezasen a arreciar esas llamadas a la urgencia. De hecho, fue la primera gran compañía de seguridad privada en sumarse a la iniciativa The Climate Pledge para alcanzar su plena neutralidad en carbono no en 2050, el límite fijado por el Acuerdo de París, sino diez años antes. 

Lo está logrando por varias vías, con diferentes plazos y alcances adaptados a la diversidad de sus negocios y de los 31 mercados donde opera. Esto exige una cuidadosa planificación de la reducción de emisiones: por ejemplo, mediante el consumo de energía 100% renovable o el autoconsumo, pasando por las tecnologías de eficiencia energética, iniciativas de economía circular o la progresiva renovación de sus flotas de vehículos pesados y ligeros con motorizaciones eléctricas, híbridas o adaptadas al uso de combustibles alternativos.

En esa compleja estrategia también representa un papel protagonista la compensación de emisiones, mediante proyectos basados en la compra de créditos de carbono.

Como explica Juan Ignacio de Guzmán, director global de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad, algunos programas relacionados con las emisiones se proyectan a medio y largo término, mientras otros buscan un efecto inmediato. En esta segunda categoría entran los de compensación, como el que la compañía despliega en Iberoamérica desde hace tres años, especializados en captura de metano o el desarrollo de grandes infraestructuras eólicas.

Ese proceso continúa ahora a través de un proyecto eólico en el estado de Rio Grande do Norte en Brasil. En palabras de De Guzmán, suponen un doble hito: tanto en el avance cuantitativo por el nivel de CO2 compensado, como cualitativo porque, sumados al resto, no tienen precedentes en la industria de la seguridad privada. Asimismo, su programa de compensación de emisiones cumple el objetivo de adaptación local, tanto a las necesidades sociales, como a las ambientales del país. “Asumimos la responsabilidad de actuar como un referente, el de una compañía tractora en el desarrollo sostenible de cada mercado y de todo el sector”, apunta.    

 

El nuevo proyecto se centra en la compensación mediante la generación de energía 100% renovable en el Complejo Eólico União dos Ventos (Unión de los Vientos), que reúne diez centrales Green Field (WPP). Junto con un ahorro de emisiones anuales estimado en casi 254.000 toneladas de CO2, la infraestructura también contribuirá a un notable descenso en las tarifas de transmisión eléctrica, al impulso de la seguridad energética y de un mix eléctrico más diverso, además de fomentar la formación técnica y la creación de empleo neto en las comunidades locales.

Con esta iniciativa, la compañía logra la compensación de las emisiones equivalentes de CO2 que generan sus operaciones en Europa, Centro y Norteamérica.

Prosegur integra los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas en su estrategia, a través de la transformación de sus negocios y de una mayor eficiencia en todas sus operaciones y actividades.  

Esta variedad de efectos positivos refleja asimismo la visión de la sostenibilidad por parte de la compañía y su propósito fundacional: “Hacer de este mundo un lugar más seguro. Y para nosotros claramente esto significa que ha de ser más sostenible”, finaliza el experto.

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