La España rural pide nuevos cajeros automáticos
Desde mediados de octubre del año pasado, los vecinos de Aldeaseca de la Armuña vuelven a disponer de dinero en efectivo. Esta pedanía de 977 habitantes que forma parte del municipio de Villares de la Reina, en la comarca salmantina de La Armuña (Castilla y León), se había quedado sin servicios financieros, como le está ocurriendo a un alto porcentaje de las poblaciones de la llamada España vacía. La pasada primavera, el ayuntamiento local solicitó a Prosegur Cash la instalación de un cajero automático multiservicio.
Gracias a él, los residentes en la pedanía ya no tienen que desplazarse a Villares o a la ciudad de Salamanca si quieren disponer de dinero en metálico para sus compras cotidianas. Se unen así a localidades de la provincia, como Galinduste, Hinojosa de Duero, Topas, Villarino de los Aires, Mozárbez o San Esteban de la Sierra, que se han acogido también a esta opción pionera que Prosegur Cash viene ofreciendo desde hace dos años.
Benjamín Crespo-Menéndez, delegado Cash Rural España, considera que la instalación de esta red de cajeros “es un intento de facilitarle la vida a los vecinos y a estimular la actividad en los pequeños comercios locales”. Tal y como explica Crespo-Menéndez, “lo que estamos intentando hacer con este plan es ayudar a la no desertización financiera de la España rural, un fenómeno que se ha acelerado muchísimo en la última década y que va a ir a más, con las fusiones empresariales previstas y el consiguiente cierre de oficinas locales en muchos puntos de España que hoy en día aún las conservan”.
Los siguientes en beneficiarse de esta iniciativa van a ser un centenar de municipios de la comunidad vecina, Castilla-La Mancha. El pasado 16 de febrero se hizo público que Prosegur Cash había llegado a un acuerdo con la Red Castellano Manchega de Desarrollo Rural (RECAMDER) para instalar esos cien nuevos cajeros en localidades que no disponen de servicios financieros básicos. En una primera fase, de arranque inminente, se colocarán 50 en edificios de titularidad municipal.
Una opción como cualquier otra
Alfredo Garrido García, gerente de Soluciones de Banking y Desarrollo de Negocio de Prosegur Cash, explica que la idea surgió hace poco más de dos años: “Queríamos poner en valor esta forma de pago, perfectamente legal, además de natural y habitual para muchas personas”. Para Policarpo Ledesma, director general comercial de Prosegur Cash Iberia, “se trata de asegurar su acceso en todos las partes de España, como una opción de pago cotidiana para la mayoría de la población”.
Ledesma explica que el efectivo sigue siendo el método de pago preferente para “pensionistas, habitantes de municipios de menos de mil habitantes y el tercio de la población con ingresos más bajos”. A día de hoy, el 36% de los españoles lo siguen prefiriendo a cualquiera de las alternativas. Para muchos de ellos, disponer de dinero en metálico “supone ventajas psicológicas y prácticas tan importantes como no depender de tecnologías con las que no se sienten del todo seguros o no están familiarizados, administrar mejor los recursos económicos de que disponen o no tener que renunciar a costumbres que siempre han formado parte de su vida cotidiana”. Para Crespo-Menéndez, “se trata de conseguir objetivos tan modestos no tenga que viajar al pueblo vecino o a la capital de provincia para sacar del banco el dinero”.
La primera localidad española en contar con un cajero instalado por Prosegur fue Galápagos, en la Campiña de Guadalajara. A partir de septiembre de 2019, ese plan para la reactivación de los cajeros automáticos y el efectivo se había centrado sobre todo en Salamanca, “una de las provincias con mayor índice de desertización financiera de España”, según explica Crespo-Menéndez. Galinduste, pueblo de 429 habitantes en la comarca de Alba de Tormes, fue el primero en interesarse. Luego vinieron Hinojosa de Duero (en Las Arribes, 669 vecinos censados) y Topas (530, en La Armuña). Villarino, San Esteban y Mozarbe dieron el paso en los meses inmediatamente anteriores al confinamiento de marzo de 2020.
Un bien cotidiano
Ledesma reconoce que “en los peores meses de la pandemia, cuando aún se creía que el principal vehículo de contagio de la COVID-19 era el contacto con superficies infectadas, disminuyó el uso del efectivo”. Hoy, dejado atrás “ese miedo puntual”, el dinero en metálico vuelve a ser una opción frecuente para el comercio de proximidad y, según apunta Ledesma, “para ciudadanos poco cómodos con las alternativas o que viven en zonas en que la conectividad es escasa”.
Ledesma añade que, para Prosegur Cash, “se trata de una iniciativa estratégica para nosotros, porque con ella contribuimos a que algo tan básico como garantizar que haya acceso al dinero en los rincones más aislados”. Garrido considera que las posibilidades de crecimiento del plan “pasan en primer lugar por las dos Castillas, pero pronto se va a extender también a provincias españolas”. Crespo-Menéndez concluye afirmando que “se trata de crear valor y aportar un beneficio social: hay una España cuya realidad tiene poco que ver con las de las áreas metropolitanas de Madrid o Barcelona, y es en ella donde nos hemos propuesto que los ciudadanos puedan acceder de nuevo a dinero en efectivo, un bien cotidiano”.