Descarbonizarse diez años antes de lo que marca el Acuerdo de París
Cuando despertó, el cambio climático seguía ahí. La famosa fábula de Augusto Monterroso podría servir como metáfora de la situación climática hoy por hoy. Empieza a verse la luz al final del túnel de la pandemia y con la promesa de cierta normalidad vuelven también los desafíos que quedaron en pausa por motivo de fuerza mayor. El del calentamiento global, por encima de cualquier otro.
Así lo advertía una vez más António Guterres, secretario general de la ONU, cuando a finales de febrero se publicaba el último, y demoledor, informe de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Su conclusión es directa: vamos muy despacio. Hay que acelerar, y mucho, el ritmo de descarbonización de la economía para frenar el calentamiento. Aunque más de 190 países suscribieron el Acuerdo de París, hay un largo trecho entre la firma de los documentos y la reducción de emisiones para cumplir sus objetivos en el mundo real. “Tenemos que tomar decisiones que aceleren y amplíen la acción climática en todo el mundo, ya”, clamaba Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco.
Sostenibilidad en sentido amplio
No sobra ningún aliado en el mayor reto al que se ha enfrentado la civilización. Empresas, gobiernos e instituciones juegan un papel clave y cada vez son más las organizaciones que asumen su responsabilidad climática. Algunas van más allá de lo establecido en el Acuerdo de París. Prosegur es una de ellas. Su nuevo Plan Director de Sostenibilidad entiende este concepto en sentido amplio: medioambiental, pero también de sostenibilidad social, económica y de gobernanza; en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por Naciones Unidas.
Este nuevo Plan despliega 63 iniciativas con incidencia directa en 10 de los 17 ODS. Como la prioridad absoluta es descarbonizar, la compañía ha puesto en marcha un plan de reducción drástica de emisiones para alcanzar su neutralidad carbónica no en 2050 —la fecha que fija París como objetivo global— sino una década antes. El alcance de la iniciativa es global, como su actividad.
Los pulmones del planeta
En una primera fase, el objetivo es neutralizar las emisiones que genera la compañía en Europa. Un macroproyecto de gestión de basuras en Río de Janeiro, que ya ha evitado la emisión de más de 2,5 millones de toneladas de CO2, permitirá compensar las emisiones equivalentes de toda la actividad europea de la compañía. A partir de esa experiencia, el objetivo es extender el programa de compensación de huella de carbono al resto de regiones donde opera, empezando por Asia-Pacífico y después Iberoamérica.
“La elección de Brasil no es casual. Es uno de los mercados más relevantes para Prosegur y también uno de los enclaves con mayor biodiversidad del planeta. Estamos convencidos de que hacer del mundo un lugar más seguro, pasa también por hacer del mundo un lugar más sostenible”, apunta Antonio Rubio, secretario general de la compañía. Se trata de un programa que, por escala y objetivos, es pionero en el sector global de la seguridad privada. Y viene a unirse a otras iniciativas de Prosegur como el 10% de reducción de emisiones en 2020, la progresiva evolución de la flota hacia vehículos híbridos y eléctricos o el consumo de energía 100% renovable en España.
En este contexto de emergencia, lo más importante es cada gramo de CO2 ahorrado a la atmósfera, pero también cuenta el valor simbólico de avanzar más allá del límite, aunque no exista una obligación legal. Se plantea también como un efecto llamada para otras empresas, además de una respuesta a las expectativas sociales en cuanto a la responsabilidad de la iniciativa privada.
Más ambición (para salvarnos)
“Todos los actores han de apuntar más alto y elevar su nivel de ambición a través de compromisos y medidas claras, concretas y medibles que nos ayuden a alcanzar las metas fijadas. Y las empresas son fundamentales a la hora de modificar los sistemas productivos y de consumo, para reducir el uso de los recursos naturales y proteger el clima, movilizar inversiones a favor de la acción climática, sensibilizar a los ciudadanos y a otros grupos de interés, y alcanzar una transición justa hacia la descarbonización”, apunta Cristina Sánchez, directora ejecutiva de Pacto Mundial de Naciones Unidas España, la organización que aglutina a las empresas con un compromiso más firme en su reducción de emisiones en todo el mundo. Prosegur, entre ellas.
De acuerdo con la organización, en 2019 ese compromiso pasó del 65% al 75% en las empresas españolas del Pacto. “Personalmente creo que esto es solo el principio. Estoy convencida de que en los próximos años presenciaremos un cambio radical en los negocios hacia modelos mucho más sostenibles y respetuosos con el medioambiente, porque, de hecho, son los únicos que podrán sobrevivir en el futuro”, añade Cristina Sánchez.