Así acude el dinero en efectivo al rescate de la España vaciada

En los últimos meses, Prosegur Cash ha lanzado dos iniciativas para combatir la desertización financiera que ya sufren más de 4.000 municipios españoles. En ellos ha contado con socios estratégicos como la Diputación de Valladolid y la Red Castellano Manchega de Desarrollo Rural (RECAMDER).

Las cifras son elocuentes. Tal y como explica Alfredo Garrido García, Gerente de Nuevos Productos de Prosegur Cash Iberia, “en los últimos años, España está viviendo un proceso de gradual desertización financiera que se ha traducido en el cierre de más de 28.000 oficinas bancarias”. Aunque se han hecho notar en todo el territorio nacional, gran parte de estos cierres se han concentrado en áreas rurales de la llamada España vacía, esos desiertos demográficos sobrevenidos que proliferan en zonas como la Serranía Celtibérica, la Cordillera Cantábrica, los Pirineos o la frontera con Portugal: “Hablamos de más de 4.000 localidades que no disponen ahora mismo de ninguna sucursal bancaria y, en muchos casos, no cuentan con acceso a un dispensador tradicional de dinero en efectivo en un radio de cinco kilómetros”.

Estudios recientes apuntan a que son ya entre 1,2 y 1,6 millones los ciudadanos los que viven en estas cada vez más extensas zonas de exclusión financiera. Garrido recuerda que “al margen de lo mucho que se insiste en el cambio de hábitos que trajo la pandemia, lo cierto es que el 82% de los españoles rechaza a día de hoy la desaparición de los pagos en efectivo”. Tres de cada cinco recurren a este método a diario, y para el 40% de ellos conservar este hábito empieza a resultar “problemático”.

En los últimos años, España está viviendo un proceso de gradual desertización financiera que se ha traducido en el cierre de más de 28.000 oficinas bancarias.

 

Una flota de cajeros itinerantes

Para contribuir a paliar esta dinámica adversa, Prosegur Cash lanzó en 2020 un programa de choque que incluía, entre otras acciones, la instalación de cajeros multiservicio en localidades que carecían de ellos (empezando por municipios salmantinos como Galinduste, Topas, San Esteban de la Sierra o Hinojosa de Duero) y la incorporación de cajeros itinerantes a servicios provinciales de bibliobuses. Esta última iniciativa tuvo su epicentro principal en la Sierra de Francia, en el límite entre las comunidades de Castilla y León y Extremadura, una zona en que, debido a la pérdida de población y la dispersión geográfica, la falta de opciones financieras se había vuelto particularmente acuciante.

El pasado 6 de marzo, el plan dio un importante salto cualitativo con la entrada en vigor del servicio Cajero Móvil, fruto de un acuerdo entre la Diputación de Valladolid y Prosegur Cash. En palabras de Garrido, “se trata de acercar el efectivo a 175 municipios vallisoletanos que se habían quedado sin servicios financieros y que en total reúnen a alrededor de 34.000 personas”. En virtud del acuerdo alcanzado con la autoridad provincial, Prosegur Cash cubre sus necesidades de dinero en metálico con un vehículo especializado con la última tecnología del mercado que recorre, de lunes a viernes, las carreteras vallisoletanas llevando un cajero automático a bordo.

Prosegur Cash lanzó en 2020 un programa de choque que incluía, entre otras acciones, la instalación de cajeros multiservicio en localidades que carecían de ellos y la incorporación de cajeros itinerantes a servicios provinciales de bibliobuses.

 

Garrido explica que los vehículos “realizan 20 rutas distintas y efectúan una visita mensual a los 88 municipios con menos de 125 habitantes y dos a los que superan esa cantidad”. La visita periódica del cajero permite a los lugareños “hacer acopio de efectivo utilizando cualquier tarjeta de débito, crédito o prepago de cualquier entidad”, así como con el teléfono móvil, mediante tecnología NFC. No permite realizar operaciones con cartillas de ahorros, pero sí “consultar el saldo y los últimos movimientos , recargar tarjetas prepago o efectuar cambios de PIN”, según explica Garrido. La comisión máxima por cada una de estas operaciones “es de 1,35 euros que se repercute a la entidad de la tarjeta emisora” cumpliendo siempre con las condiciones reflejadas en el portal de transparencia del Banco de España.

Garrido destaca que Prosegur Cash se convirtió en proveedor del servicio el pasado mes de agosto, “tras acudir al proceso de licitación convocado por la Diputación de Valladolid”. En la oferta de la compañía de gestión de efectivo se valoró muy especialmente, además de su experiencia en el sector, que se tratase de una solución “neutra”, es decir, no vinculada a ninguna entidad financiera concreta. En el acto de presentación de la iniciativa, celebrado el pasado 28 de febrero, Conrado Íscar, presidente de la Diputación, destacó que se trata de “un programa pionero en España”.

 

Un círculo virtuoso

En paralelo, Prosegur Cash lanzó recientemente en Castilla-La Mancha otro proyecto de cooperación para combatir la desertización financiera. Se trata de la instalación en municipios de la comunidad de cajeros automáticos liderado por la Red Castellano Manchega de Desarrollo Rural (RECAMDER). Policarpo Ledesma, director comercial de Prosegur Cash Iberia, destaca que el primero de esos cajeros se instaló el pasado mes de junio en la localidad conquense de Buendía, un municipio pequeño, pero importante para la actividad económica de la zona, “ya que el agua de su pantano sirve para abastecer el trasvase Tajo-Segura, que lleva agua a varias provincias españolas”. La elección de Buendía resulta así simbólica: “Se trata de poner en valor la aportación al desarrollo común de estos municipios poco poblados y, en general, de la España vaciada”.

Ledesma destaca también que el objetivo es que la instalación de cajeros “contribuya a generar un círculo virtuoso, por su efecto dinamizador de la economía local, evitando, por ejemplo, la pérdida de tejido comercial”. En última instancia, se trata de “ofrecer un servicio, el acceso a efectivo, que los españoles valoran, pero del que en muchos casos están empezando a verse privados por las circunstancias”.