¿Has invertido en bitcoin? Atento a estos consejos de seguridad

Las peculiaridades de las criptomonedas y su elevado valor obligan a extremar las medidas de protección para evitar irregularidades.

Todas estas opciones comparten un mismo problema: la seguridad. La conectividad es siempre una rendija muy tentadora para los hackers y los ciberdelincuentes, especialmente en el caso de los activos como bitcoin, que cuentan con un valor unitario de decenas de miles de dólares.

Muchos de los acérrimos creyentes en las virtudes de los criptoactivos desconfían de estas billeteras calientes cuando hay custodia de terceros de las claves privadas. Por este motivo se ha popularizado el conocido “Not your keys, not your coins”, es decir, si no son tus claves, no son tus criptomonedas.

Para tener un control y seguridad total sobre la clave privada, hay que recurrir a las llamadas billeteras auténticamente frías, que son dispositivos de hardware sin conectividad directa ni indirecta a internet.

Adolfo Contreras, director de Desarrollo de Negocio de Prosegur Crypto, advierte que muchas de las supuestas billeteras en frío que se venden en el mercado cuentan con más opciones de conectividad de las que sus usuarios creen. Estas billeteras “no tan frías” suelen venderse en el mercado por precios que van desde los €60 a los €200. Esta exposición indirecta, suele ser a través de conexiones USB, códigos QR o micro SD, que son al fin y al cabo vectores de ataque también.

Por eso esas billeteras “no tan frías” son una buena solución para fondos pequeños de un particular o una pequeña empresa pero no lo son tanto para los volúmenes que manejan los clientes institucionales.

Este es el motivo por el que algunas empresas especializadas, como es el caso de Prosegur, han desarrollado soluciones más sofisticadas para clientes institucionales. Una de las más avanzadas del mundo es la desarrollada por Prosegur Crypto, que dispone de una solución con tecnología criptográfica de última generación que opera fuera del entorno online y a la que se han incorporado cámaras acorazadas diseñadas específicamente para la custodia de las claves privadas, lo que en su conjunto resulta totalmente inaccesible para cualquier tipo de acceso no deseado.

Ahora bien, ¿cuál es el consejo del experto de Prosegur para los poseedores de bitcoins? “Para aprender, no veo descabellado tener una pequeña cantidad de criptoactivos en un monedero caliente, pero solo para eso. Para una custodia propia de fondos pequeños, tampoco veo una mala idea tenerlos en una billetera con exposición indirecta”, explica Contreras. Y concluye, “pero si hablamos de inversiones financieras o patrimonios elevados, son necesarias soluciones de seguridad mucho más sofisticadas con cero exposición ni directa ni indirecta a internet”

 

‘Exchange’ y ‘billeteras calientes’

La progresiva sofisticación del universo de los criptoactivos ha brindado nuevas soluciones al mercado. Y los usuarios han ido poco a poco aprendiendo. La primera lección consiste en diferenciar bien un exchange de una billetera, como se conoce en el mundillo a la aplicación o formato físico en el que almacenar las claves privadas.

Un exchange es una plataforma de compraventa –o intercambio, traducido directamente del inglés–, de criptomonedas. En ellas el usuario crea una cuenta a la que se asocia un monedero, con las claves de las criptomonedas con las que piensa operar. Dado que los usuarios piden “usabilidad” y que esto implica conexión permanente a internet, el riesgo está en que esos exchanges son objeto, con cierta frecuencia, de ataques por parte de ‘hackers’, que roban las claves y con ellas las criptomonedas.

Se trata de un entorno en el que el usuario está, en consecuencia, bastante desprotegido: almacenar las claves privadas en un exchange es imprudente. Solo deben ser utilizados para transacciones inmediatas y por lo tanto para una custodia por un breve espacio de tiempo. 

La siguiente opción, de menor a mayor seguridad, son las llamadas billeteras calientes. Se denominan “calientes” porque, en mayor o menor medida, tienen exposición directa a internet. Estas, a su vez, pueden ser de varios tipos; desde aplicaciones que llevamos en nuestro propio teléfono móvil hasta aplicaciones de escritorio.

 

La importancia de las claves

Si algo tiene mucho valor, alguien podrá tener la tentación de robarlo. No es el principio social más edificante, pero sí una realidad invariable desde que el ser humano empezó a intercambiar bienes hace miles de años. Por eso, el auge de las criptomonedas, y especialmente de bitcoin, ha traído aparejado el riesgo de robo.

Pero ¿cómo se producen los robos de un intangible como una criptomoneda? Al ser un activo digital, robar una criptomoneda consiste en realidad en robar las claves privadas que acreditan su propiedad y permiten su transacción. Evitarlo es responsabilidad del poseedor del activo, puesto que si le roban la clave privada, no hay ninguna puerta a la que llamar para que solucionen el problema.